Іспанія. El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha (Частина 3)

 

Tasa

Yo, Hernando de Vallejo, escribano de Cámara del Rey nuestro señor, de los que residen en su Consejo, doy fe que, habiéndose visto por los señores dél un libro que compuso Miguel de Cervantes Saavedra, inti­tulado Don Quijote de la Mancha, Segunda parte, que con licencia de Su Majestad fue impreso, le tasaron a cuatro maravedís cada pliego en papel, el cual tiene setenta y tres pliegos, que al dicho respeto suma y monta docientos y noventa y dos maravedís, y mandaron que esta tasa se pon[g]a al principio de cada volumen del dicho libro, para que se sepa y entienda lo que por él se ha de pedir y llevar, sin que se exceda en ello en manera alguna, como consta y parece por el auto y decreto orig[i]nal sobre ello dado, y que queda en mi poder, a que me refiero; y de mandamiento de los dichos señores del Consejo y de pedimiento de la parte del dicho Miguel de Cervantes, di esta fee en Madrid, a veinte y uno días del mes de otubre del mil y seiscientos y quince años.

Hernando de Vallejo.

Fee de Erratas

Yi este libro intitulado Segunda parte de don Quijote de la Mancha, compuesto por Miguel de Cervantes Saavedra, y no hay en él cosa digna de notar que no corresponda a su original. Dada en Madrid, a veinte y uno de otubre, mil y seiscientos y quince.

El licenciado Francisco Murcia de la Elana.

Aprobación

Por comisión y mandado de los señores del Consejo, he hecho ver el libro contenido en este memorial: no contiene cosa contra la fe ni bue­nas costumbres, antes es libro de mucho entretenimiento lícito, mezcla­do de mucha filosofía moral; puédesele dar licencia para imprimirle. En Madrid, a cinco de noviembre de mil seiscientos y quince.

Doctor Gutierre de Cetina.

Aprobación

Por comisión y mandado de los señores del Consejo, he visto la Segun­da parte de don Quijote de la Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra: no contiene cosa contra nuestra santa fe católica, ni buenas costumbres, antes, muchas de honesta recreación y apacible divertimiento, que los antiguos juzgaron convenientes a sus repúblicas, pues aun [en] la severa de los lacedemonios levantaron estatua a la risa, y los de Tesalia la dedicaron fiestas, como lo dice Pausanias, referido de Bosio, libro ii De signis Ecclesiae, cap. 10, alentando ánimos marchitos y espíritus me­lancólicos, de que se acordó Tulio en el primero De legibus, y el poeta diciendo: Interpone tuis interdumgaudia curis, lo cual hace el autor mezclan­do las veras a las burlas, lo dulce a lo provechoso y lo moral a lo faceto, disimulando en el cebo del donaire el anzuelo de la reprehensión, y cumpliendo con el acertado asunto en que pretende la expulsión de los libros de caballerías, pues con su buena diligencia mañosamente alimpiando de su contagiosa dolencia a estos reinos, es obra muy digna de su grande ingenio, honra y lustre de nuestra nación, admiración y invidia de las estrañas. Este es mi parecer, salvo etc. En Madrid, a 17 de marzo de 1615.

E l maestro Josef de Valdivielso.


Aprobación

Por comisión del señor doctor Gutierre de Cetina, vicario general desta villa de Madrid, corte de Su Majestad, he visto este libro de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra, y no hallo en él cosa indigna de un cristiano celo, ni que disuene de la decencia debida a buen ejemplo, ni virtudes morales; antes, mucha erudición y aprovechamiento, así en la continencia de su bien seguido asunto para extirpar los vanos y mentirosos libros de caballerías, cuyo contagio había cundido más de lo que fuera justo, como en la lisura del lenguaje castellano, no adulterado con enfadosa y estudiada afectación, vicio con razón aborrecido de hombres cuerdos; y en la correción de vicios que generalmente toca, ocasionado de sus agudos discursos, guarda con tanta cordura las leyes de reprehensión cristiana, que aquel que fuere tocado de la enfermedad que pretende curar, en lo dulce y sabroso de sus medicinas gustosamente habrá bebi­do, cuando menos lo imagine, sin empacho ni asco alguno, lo prove­choso de la detestación de su vicio, con que se hallará, que es lo más difícil de conseguirse, gustoso y reprehendido. Ha habido muchos que, por no haber sabido templar ni mezclar a propósito lo útil con lo dulce, han dado con todo su molesto trabajo en tierra, pues no pudien- do imitar a Diógenes en lo filósofo y docto, atrevida, por no decir licenciosa y desalumbradamente, le pretenden imitar en lo cínico, entre­gándose a maldicientes, inventando casos que no pasaron, para hacer capaz al vicio que tocan de su áspera reprehensión, y por ventura des­cubren caminos para seguirle, hasta entonces ignorados, con que vie­nen a quedar, si no reprehensores, a lo menos maestros dél. Hácense odiosos a los bien entendidos, con el pueblo pierden el crédito, si algu­no tuvieron, para admitir sus escritos y los vicios que arrojada e impru­dentemente quisieren corregir en muy peor estado que antes, que no todas las postemas a un mismo tiempo están dispuestas para admitir las recetas o cauterios; antes, algunos mucho mejor reciben las blandas y suaves medicinas, con cuya aplicación, el atentado y docto médico consigue el fin de resolverlas, término que muchas veces es mejor que no el que se alcanza con el rigor del hierro. Bien diferente han sentido de los escritos de Miguel [de] Cervantes, así nuestra nación como las estrañas, pues como a milagro desean ver el autor de libros que con general aplauso, así por su decoro y decencia como por la suavidad y blandura de sus discursos, han recebido España, Francia, Italia, Alema­nia y Flandes. Certifico con verdad que en veinte y cinco de febrero deste año de seiscientos y quince, habiendo ido el ilustrísimo señor don Bernardo de Sandoval y Rojas, cardenal arzobispo de Toledo, mi se­ñor, a pagar la visita que a Su Ilustrísima hizo el embajador de Francia, que vino a tratar cosas tocantes a los casamientos de sus príncipes y los de España, muchos caballeros franceses, de los que vinieron acompa­ñando al embajador, tan corteses como entendidos y amigos de bue­nas letras, se llegaron a mí y a otros capellanes del cardenal mi señor, deseosos de saber qué libros de ingenio andaban más validos; y, tocan­do acaso en éste que yo estaba censurando, apenas oyeron el nombre de Miguel de Cervantes, cuando se comenzaron a hacer lenguas, enca­reciendo la estimación en que, así en Francia como en los reinos sus confinantes, se tenían sus obras: la Calatea, que alguno dellos tiene casi de memoria la primera parte désta, y las Novelas. Fueron tantos sus encare [cimientos, que me ofrecí llevarles que viesen el autor dellas, que estimaron con mil demostraciones de vivos deseos. Preguntáronme muy por menor su edad, su profesión, calidad y cantidad. Halléme obligado a decir que era viejo, soldado, hidalgo y pobre, a que uno respondió estas formales palabras: "Pues, ¿a tal hombre no le tiene España muy rico y sustentado del erario público?" Acudió otro de aquellos caballeros con este pensamiento y con mucha agudeza, y dijo: "Si necesidad le ha de obligar a escribir, plega a Dios que nunca tenga abundancia, para que con sus obras, siendo él pobre, haga rico a todo el mundo". Bien creo que está, para censura, un poco larga; alguno dirá que toca los límites de lisonjero elogio; mas la verdad de lo que cortamente digo deshace en el crítico la sospecha y en mí el cuidado; además que el día de hoy no se lisonjea a quien no tiene con qué cebar el pico del adulador, que, aunque afectuosa y falsamente dice de burlas, pretende ser remunerado de veras. En Madrid, a veinte y siete de febrero de mil y seiscientos y quince.

El licenciado Márque^ Torres.

Privilegio

Por cuanto por parte de vos, Miguel de Cervantes Saavedra, nos fue fecha relación que habiades compuesto la Segunda parte de don Qui­jote de la Mancha, de la cual hacíades presentación, y, por ser libro de historia agradable y honesta, y haberos costado mucho trabajo y estu­dio, nos suplicastes os mandásemos dar licencia para le poder imprimir y privilegio por veinte años, o como la nuestra merced fuese; lo cual visto por los del nuestro Consejo, por cuanto en el dicho libro se hizo la diligencia que la premática por nos sobre ello fecha dispone, fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra cédula en la dicha razón, y nos tuvímoslo por bien. Por la cual vos damos licencia y facul­tad para que, por tiempo y espacio de diez años, cumplidos primeros siguientes, que corran y se cuenten desde el día de la fecha de esta nuestra cédula en adelante, vos, o la persona que para ello vuestro po­der hobiere, y no otra alguna, podáis imprimir y vender el dicho libro que desuso se hace mención; y por la presente damos licencia y facultad a cualquier impresor de nuestros reinos que nombráredes para que durante el dicho tiempo le pueda imprimir por el original que en el nuestro Consejo se vio, que va rubricado y firmado al fin de Hernando de Vallejo, nuestro escribano de Cámara, y uno de los que en él residen, con que antes y primero que se venda lo traigáis ante ellos, juntamente con el dicho original, para que se vea si la dicha impresión está confor­me a él, o traigáis fe en pública forma cómo, por corretor por nos nombrado, se vio y corrigió la dicha impresión por el dicho original, y más al dicho impresor que ansí imprimiere el dicho libro no imprima el principio y primer pliego dél, ni entregue más de un solo libro con el original al autor y persona a cuya costa lo imprimiere, ni a otra alguna, para efecto de la dicha correción y tasa, hasta que antes y primero el dicho libro esté corregido y tasado por los del nuestro Consejo, y es­tando hecho, y no de otra manera, pueda imprimir el dicho principio y primer pliego, en el cual ¿mediatamente ponga esta nuestra licencia y la aprobación, tasa y erratas, ni lo podáis vender ni vendáis vos ni otra persona alguna, hasta que esté el dicho libro en la forma susodicha, so pena de caer e incurrir en las penas contenidas en la dicha premática y leyes de nuestros reinos que sobre ello disponen; y más, que durante el dicho tiempo persona alguna sin vuestra licencia no le pueda imprimir ni vender, so pena que el que lo imprimiere y vendiere haya perdido y pierda cualesquiera libros, moldes y aparejos que dél tuviere, y más incurra en pena de cincuenta mil maravedís por cada vez que lo contra­rio hiciere, de la cual dicha pena sea la tercia parte para nuestra Cámara, y la otra tercia parte para el juez que lo sentenciare, y la otra tercia parte par el que lo denunciare; y más a los del nuestro Consejo, presidentes, oidores de las nuestras Audiencias, alcaldes, alguaciles de la nuestra Casa y Corte y Chancillerías, y a otras cualesquiera justicias de todas las ciu­dades, villas y lugares de los nuestros reinos y señoríos, y a cada uno en su juridición, ansí a los que agora son como a los que serán de aquí adelante, que vos guarden y cumplan esta nuestra cédula y merced, que ansí vos hacemos, y contra ella no vayan ni pasen en manera alguna, so pena de la nuestra merced y de diez mil maravedís para la nuestra Cámara.

Dada en Madrid, a treinta días del mes de marzo de mil y seiscien­tos y quince años.

Yo, El Rey.

Por mandado del Rey nuestro señor: Pedro de Contreras.

Prólogo al lector

¡Válame Dios, y con cuánta gana debes de estar esperando ahora, lec­tor ilustre, o quier plebeyo, este prólogo, creyendo hallar en él vengan­zas, riñas y vituperios del autor del segundo Don Quijote; digo de aquel que dicen que se engendró en Tordesillas y nació en Tarragona! Pues en verdad que no te he dar este contento; que, puesto que los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos, en el mío ha de padecer excepción esta regla. Quisieras tú que lo diera del asno, del mentecato y del atrevido, pero no me pasa por el pensamiento: casti­gúele su pecado, con su pan se lo coma y allá se lo haya. Lo que no he podido dejar de sentir es que me note de viejo y de manco, como si hubiera sido en mi mano haber detenido el tiempo, que no pasase por mí, o si mi manquedad hubiera nacido en alguna taberna, sino en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros. Si mis heridas no resplandecen en los ojos de quien las mira, son estimadas, a lo menos, en la estimación de los que saben dónde se cobraron; que el soldado más bien parece muerto en la bata­lla que libre en la fuga; y es esto en mí de manera, que si ahora me propusieran y facilitaran un imposible, quisiera antes haberme hallado en aquella facción prodigiosa que sano ahora de mis heridas sin haber­me hallado en ella. Las que el soldado muestra en el rostro y en los pechos, estrellas son que guían a los demás al cielo de la honra, y al de desear la justa alabanza; y hase de advertir que no se escribe con las canas, sino con el entendimiento, el cual suele mejorarse con los años.

He sentido también que me llame invidioso, y que, como a igno­rante, me describa qué cosa sea la invidia; que, en realidad de verdad, de dos que hay, yo no conozco sino a la santa, a la noble y bien inten­cionada; y, siendo esto así, como lo es, no tengo yo de perseguir a ningún sacerdote, y más si tiene por añadidura ser familiar del Santo Oficio; y si él lo dijo por quien parece que lo dijo, engañóse de todo en todo: que del tal adoro el ingenio, admiro las obras y la ocupación continua y virtuosa. Pero, en efecto, le agradezco a este señor autor el decir que mis novelas son más satíricas que ejemplares, pero que son buenas; y no lo pudieran ser si no tuvieran de todo.

Paréceme que me dices que ando muy limitado y que me contengo mucho en los términos de mi modestia, sabiendo que no se ha añadir aflición al afligido, y que la que debe de tener este señor sin duda es grande, pues no osa parecer a campo abierto y al cielo claro, encubrien­do su nombre, fingiendo su patria, como si hubiera hecho alguna traición de lesa majestad. Si, por ventura, llegares a conocerle, dile de mi parte que no me tengo por agraviado: que bien sé lo que son tentaciones del demonio, y que una de las mayores es ponerle a un hombre en el enten­dimiento que puede componer y imprimir un libro, con que gane tanta fama como dineros, y tantos dineros cuanta fama; y, para confirmación desto, quiero que en tu buen donaire y gracia le cuentes este cuento:

«Había en Sevilla un loco que dio en el más gracioso disparate y tema que dio loco en el mundo. Y fue que hizo un cañuto de caña puntiagudo en el fin, y, en cogiendo algún perro en la calle, o en cual­quiera otra parte, con el un pie le cogía el suyo, y el otro le alzaba con la mano, y como mejor podía le acomodaba el cañuto en la parte que, soplándole, le ponía redondo como una pelota; y, en teniéndolo desta suerte, le daba dos palmaditas en la barriga, y le soltaba, diciendo a los circunstantes, que siempre eran muchos: "¿Pensarán vuestras mercedes ahora que es poco trabajo hinchar un perro?"»

¿Pensará vuestra merced ahora que es poco trabajo hacer un libro?

Y si este cuento no le cuadrare, dirásle, lector amigo, éste, que también es de loco y de perro:

«Había en Córdoba otro loco, que tenía por costumbre de traer encima de la cabeza un pedazo de losa de mármol, o un cantono muy liviano, y, en topando algún perro descuidado, se le ponía junto, y a plomo dejaba caer sobre él el peso. Amohinábase el perro, y, dando ladridos y aullidos, no paraba en tres calles. Sucedió, pues, que, entre los perros que descargó la carga, fue uno un perro de un bonetero, a quien quería mucho su dueño. Bajó el canto, diole en la cabeza, alzó el grito el molido perro, violo y sintiólo su amo, asió de una vara de medir, y salió al loco y no le dejó hueso sano; y cada palo que le daba decía: 'Térro ladrón, ¿a mi podenco? ¿No viste, cruel, que era podenco mi perro?" Y, repitiéndole el nombre de podenco muchas veces, envió al loco hecho una alheña. Escarmentó el loco y retiróse, y en más de un mes no salió a la plaza; al cabo del cual tiempo, volvió con su invención y con más carga. Llegábase donde estaba el perro, y, mirándole muy bien de hito en hito, y sin querer ni atreverse a descargar la piedra, decía: "Este es podenco: ¡guarda!" En efeto, todos cuantos perros topaba, aunque fuesen alanos, o gozques, decía que eran podencos; y así, no soltó más el canto.»

Quizá de esta suerte le podrá acontecer a este historiador: que no se atreverá a soltar más la presa de su ingenio en libros que, en siendo malos, son más duros que las peñas.

Dile también que de la amenaza que me hace, que me ha de quitar la ganancia con su libro, no se me da un ardite, que, acomodándome al entremés famoso de La Perendenga, le respondo que me viva el Veinte y cuatro, mi señor, y Cristo con todos. Viva el gran conde de Lemos, cuya cristiandad y liberalidad, bien conocida, contra todos los golpes de mi corta fortuna me tiene en pie, y vívame la suma caridad del ilustrísimo de Toledo, don Bernardo de Sandoval y Rojas, y siquiera no haya emprentas en el mundo, y siquiera se impriman contra mí más libros que tienen letras las Coplas de Mingo Revulgo. Estos dos prínci­pes, sin que los solicite adulación mía ni otro género de aplauso, por sola su bondad, han tomado a su cargo el hacerme merced y favore­cerme; en lo que me tengo por más dichoso y más rico que si la fortu­na por camino ordinario me hubiera puesto en su cumbre. La honra puédela tener el pobre, pero no el vicioso; la pobreza puede anublar a la nobleza, pero no escurecerla del todo; pero, como la virtud dé algu­na luz de sí, aunque sea por los inconvenientes y resquicios de la estrecheza, viene a ser estimada de los altos y nobles espíritus, y, por el consiguiente, favorecida.

Y no le digas más, ni yo quiero decirte más a ti, sino advertirte que consideres que esta segunda parte de Don Quijote que te ofrezco es cortada del mismo artífice y del mesmo paño que la primera, y que en ella te doy a don Quijote dilatado, y, finalmente, muerto y sepultado, porque ninguno se atreva a levantarle nuevos testimonios, pues bastan los pasados y basta también que un hombre honrado haya dado noti­cia destas discretas locuras, sin querer de nuevo entrarse en ellas: que la abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo. Olvídaseme de decirte que esperes el Persiles, que ya estoy acabando, y la segunda parte de Calatea.

Dedicatoria al Conde de Lemos

Enviando a Vuestra Excelencia los días pasados mis comedias, antes impresas que representadas, si bien me acuerdo, dije que don Quijote quedaba calzadas las espuelas para ir a besar las manos a Vuestra Exce­lencia; y ahora digo que se las ha calzado y se ha puesto en camino, y si él allá llega, me parece que habré hecho algún servicio a Vuestra Exce­lencia, porque es mucha la priesa que de infinitas partes me dan a que le envíe para quitar el hámago y la náusea que ha causado otro don Qui­jote, que, con nombre de segunda parte, se ha disfrazado y corrido por el orbe; y el que más ha mostrado desearle ha sido el grande empera­dor de la China, pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándo­me se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote. Juntamente con esto, me decía que fuese yo a ser el rector del tal colegio.

Preguntéle al portador si Su Majestad le había dado para mí algu­na ayuda de costa. Respondióme que ni por pensamiento. "Pues, her­mano —le respondí yo—, vos os podéis volver a vuestra China a las diez, o a las veinte, o a las que venís despachado, porque yo no estoy con salud para ponerme en tan largo viaje; además que, sobre estar enfer­mo, estoy muy sin dineros, y emperador por emperador, y monarca por monarca, en Nápoles tengo al grande conde de Lemos, que, sin tantos titulillos de colegios ni rectorías, me sustenta, me ampara y hace más merced que la que yo acierto a desear".

Con esto le despedí, y con esto me despido, ofreciendo a Vuestra Excelencia los Trabajos de Persiles y Sigismunda, libro a quien daré fin dentro de cuatro meses, Deo volente; el cual ha de ser o el más malo o el mejor que en nuestra lengua se haya compuesto, quiero decir de los de entretenimiento; y digo que me arrepiento de haber dicho el más malo, porque, según la opinión de mis amigos, ha de llegar al estremo de bondad posible.

Venga Vuestra Excelencia con la salud que es deseado; que ya esta­rá Persiles para besarle las manos, y yo los pies, como criado que soy de Vuestra Excelencia. De Madrid, último de otubre de mil seiscientos y quince.

Criado de Vuestra Excelencia, Miguel de Cervantes Saavedra.


Segunda parte del Ingenioso Caballero don Quijote de la Mancha


Capítulo Primero

De lo que el cura y el barbero pasaron con don Quijote

cerca de su enfermedad

C

uenta Cide Hamete Benengeli, en la segunda parte desta historia y tercera salida de don Quijote, que el cura y el bar­bero se estuvieron casi un mes sin verle, por no renovarle y traerle a la memoria las cosas pasadas; pero no por esto dejaron de visitar a su sobrina y a su ama, encargándolas tuviesen cuenta con rega­larle, dándole a comer cosas confortativas y apropiadas para el cora­zón y el celebro, de donde procedía, según buen discurso, toda su mala ventura. Las cuales dijeron que así lo hacían, y lo harían, con la voluntad y cuidado posible, porque echaban de ver que su señor por momentos iba dando muestras de estar en su entero juicio; de lo cual recibieron los dos gran contento, por parecerles que habían acertado en haberle traído encantado en el carro de los bueyes, como se contó en la prime­ra parte desta tan grande como puntual historia, en su último capítulo. Y así, determinaron de visitarle y hacer esperiencia de su mejoría, aun­que tenían casi por imposible que la tuviese, y acordaron de no tocarle en ningún punto de la andante caballería, por no ponerse a peligro de descoser los de la herida, que tan tiernos estaban.

Visitáronle, en fin, y halláronle sentado en la cama, vestida una

almilla de bayeta verde, con un bonete colorado toledano; y estaba tan seco y amojamado, que no parecía sino hecho de carne momia. Fueron dél muy bien recebidos, preguntáronle por su salud, y él dio cuenta de sí y de ella con mucho juicio y con muy elegantes palabras; y en el discurso de su plática vinieron a tratar en esto que llaman razón de estado y modos de gobierno, enmendando este abuso y condenando aquél, reformando una costumbre y desterrando otra, haciéndose cada uno de los tres un nuevo legislador, un Licurgo moderno o un Solón flamante; y de tal manera renovaron la república, que no pareció sino que la habían puesto en una fragua, y sacado otra de la que pusieron; y habló don Quijote con tanta discreción en todas las materias que se tocaron, que los dos esaminadores creyeron indubitadamente que esta­ba del todo bueno y en su entero juicio.

Halláronse presentes a la plática la sobrina y ama, y no se hartaban de dar gracias a Dios de ver a su señor con tan buen entendimiento; pero el cura, mudando el propósito primero, que era de no tocarle en cosa de caballerías, quiso hacer de todo en todo esperiencia si la sani­dad de don Quijote era falsa o verdadera, y así, de lance en lance, vino a contar algunas nuevas que habían venido de la corte; y, entre otras, dijo que se tenía por cierto que el Turco bajaba con una poderosa armada, y que no se sabía su designio, ni adonde había de descargar tan gran nublado; y, con este temor, con que casi cada año nos toca arma, estaba puesta en ella toda la cristiandad, y Su Majestad había hecho proveer las costas de Nápoles y Sicilia y la isla de Malta. A esto respon­dió don Quijote:

—Su Majestad ha hecho como prudentísimo guerrero en proveer sus estados con tiempo, porque no le halle desapercebido el enemigo; pero si se tomara mi consejo, aconsejárale yo que usara de una preven­ción, de la cual Su Majestad la hora de agora debe estar muy ajeno de pensar en ella.

Apenas oyó esto el cura, cuando dijo entre sí:

¡Dios te tenga de su mano, pobre don Quijote: que me parece que te despeñas de la alta cumbre de tu locura hasta el profundo abis­mo de tu simplicidad!


Mas el barbero, que ya había dado en el mesmo pensamiento que el cura, preguntó a don Quijote cuál era la advertencia de la prevención que decía era bien se hiciese; quizá podría ser tal, que se pusiese en la lista de los muchos advertimientos impertinentes que se suelen dar a los príncipes.

—El mío, señor rapador —dijo don Quijote—, no será impertinente, sino perteneciente.

—No lo digo por tanto —replicó el barbero—, sino porque tiene mostrado la esperiencia que todos o los más arbitrios que se dan a Su Majestad, o son imposibles, o disparatados, o en daño del rey o del reino.

—Pues el mío —respondió don Quijote— ni es imposible ni dispara­tado, sino el más fácil, el más justo y el más mañero y breve que puede caber en pensamiento de arbitrante alguno.

—Ya tarda en decirle vuestra merced, señor don Quijote —dijo el

cura.

—No querría —dijo don Quijote— que le dijese yo aquí agora, y amaneciese mañana en los oídos de los señores consejeros, y se llevase otro las gracias y el premio de mi trabajo.

—Por mí -dijo el barbero—, doy la palabra, para aquí y para delante de Dios, de no decir lo que vuestra merced dijere a rey ni a roque, ni a hombre terrenal, juramento que aprendí del romance del cura que en el prefacio avisó al rey del ladrón que le había robado las cien doblas y la su muía la andariega.

—No sé historias —dijo don Quijote—, pero sé que es bueno ese juramento, en fee de que sé que es hombre de bien el señor barbero.

—Cuando no lo fuera —dijo el cura—, yo le abono y salgo por él, que en este caso no hablará más que un mudo, so pena de pagar lo juzgado y sentenciado.

—Y a vuestra merced, ¿quién le fía, señor cura? —dijo don Quijote.

—Mi profesión —respondió el cura—, que es de guardar secreto.


¡Cuerpo de tal! —dijo a esta sazón don Quijote—. ¿Hay más, sino mandar Su Majestad por público pregón que se junten en la corte para un día señalado todos los caballeros andantes que vagan por España; que, aunque no viniesen sino media docena, tal podría venir entre ellos, que solo bastase a destruir toda la potestad del Turco? Esténme vues­tras mercedes atentos, y vayan conmigo. ¿Por ventura es cosa nueva deshacer un solo caballero andante un ejército de docientos mil hom­bres, como si todos juntos tuvieran una sola garganta, o fueran hechos de alfeñique? Sino, díganme: ¿cuántas historias están llenas destas mara­villas? ¡Había, en hora mala para mí, que no quiero decir para otro, de vivir hoy el famoso don Belianís, o alguno de los del ¿numerable linaje de Amadís de Gaula; que si alguno déstos hoy viviera y con el Turco se afrontara, a fee que no le arrendara la ganancia! Pero Dios mirará por su pueblo, y deparará alguno que, si no tan bravo como los pasados andantes caballeros, a lo menos no les será inferior en el ánimo; y Dios me entiende, y no digo más.

¡Ay! —dijo a este punto la sobrina—; ¡que me maten si no quiere mi señor volver a ser caballero andante!

A lo que dijo don Quijote:

—Caballero andante he de morir, y baje o suba el Turco cuando él quisiere y cuan poderosamente pudiere; que otra vez digo que Dios me entiende.

A esta sazón dijo el barbero:

—Suplico a vuestras mercedes que se me dé licencia para contar un cuento breve que sucedió en Sevilla, que, por venir aquí como de mol­de, me da gana de contarle.

Dio la licencia don Quijote, y el cura y los demás le prestaron atención, y él comenzó desta manera:

-^<En la casa de los locos de Sevilla estaba un hombre a quien sus parientes habían puesto allí por falto de juicio. Era graduado en cáno­nes por Osuna, pero, aunque lo fuera por Salamanca, según opinión de muchos, no dejara de ser loco. Este tal graduado, al cabo de algunos años de recogimiento, se dio a entender que estaba cuerdo y en su entero juicio, y con esta imaginación escribió al arzobispo, suplicándole encarecidamente y con muy concertadas razones le mandase sacar de aquella miseria en que vivía, pues por la misericordia de Dios había ya cobrado el juicio perdido; pero que sus parientes, por gozar de la parte de su hacienda, le tenían allí, y, a pesar de la verdad, querían que fuese loco hasta la muerte.


»E1 arzobispo, persuadido de muchos billetes concertados y dis­cretos, mandó a un capellán suyo se informase del retor de la casa si era verdad lo que aquel licenciado le escribía, y que asimesmo hablase con el loco, y que si le pareciese que tenía juicio, le sacase y pusiese en liber­tad. Hízolo así el capellán, y el retor le dijo que aquel hombre aún se estaba loco: que, puesto que hablaba muchas veces como persona de grande entendimiento, al cabo disparaba con tantas necedades, que en muchas y en grandes igualaban a sus primeras discreciones, como se podía hacer la esperiencia hablándole. Quiso hacerla el capellán, y, po­niéndole con el loco, habló con él una hora y más, y en todo aquel tiempo jamás el loco dijo razón torcida ni disparatada; antes, habló tan atentadamente, que el capellán fue forzado a creer que el loco estaba cuerdo; y entre otras cosas que el loco le dijo fúe que el retor le tenía ojeriza, por no perder los regalos que sus parientes le hacían porque dijese que aún estaba loco, y con lúcidos intervalos; y que el mayor contrario que en su desgracia tenía era su mucha hacienda, pues, por gozar della sus enemigos, ponían dolo y dudaban de la merced que Nuestro Señor le había hecho en volverle de bestia en hombre. Final­mente, él habló de manera que hizo sospechoso al retor, codiciosos y desalmados a sus parientes, y a él tan discreto que el capellán se deter­minó a llevársele consigo a que el arzobispo le viese y tocase con la mano la verdad de aquel negocio.


»Con esta buena fee, el buen capellán pidió al retor mandase dar los vestidos con que allí había entrado el licenciado; volvió a decir el retor que mirase lo que hacía, porque, sin duda alguna, el licenciado aún se estaba loco. No sirvieron de nada para con el capellán las prevencio­nes y advertimientos del retor para que dejase de llevarle; obedeció el retor, viendo ser orden del arzobispo; pusieron al licenciado sus vesti­dos, que eran nuevos y decentes, y, como él se vio vestido de cuerdo y desnudo de loco, suplicó al capellán que por caridad le diese licencia para ir a despedirse de sus compañeros los locos. El capellán dijo que él le quería acompañar y ver los locos que en la casa había. Subieron, en efeto, y con ellos algunos que se hallaron presentes; y, llegado el licencia­do a una jaula adonde estaba un loco furioso, aunque entonces sosega­do y quieto, le dijo: "Hermano mío, mire si me manda algo, que me voy a mi casa; que ya Dios ha sido servido, por su infinita bondad y misericordia, sin yo merecerlo, de volverme mi juicio: ya estoy sano y cuerdo; que acerca del poder de Dios ninguna cosa es imposible. Ten­ga grande esperanza y confianza en El, que, pues a mí me ha vuelto a mi primero estado, también le volverá a él si en El confía. Yo tendré cuidado de enviarle algunos regalos que coma, y cómalos en todo caso, que le hago saber que imagino, como quien ha pasado por ello, que todas nuestras locuras proceden de tener los estómagos vacíos y los celebras llenos de aire. Esfuércese, esfuércese, que el descaecimiento en los infortunios apoca la salud y acarrea la muerte".

Введіть ваш абонентський код, щоб читати далі :

Щоб мати можливість скачати журнал в електронному варіанті, та переглядати додаткові матеріали - введіть номер купону:





Щоб придбати купон, заповніть форму на сторінці.

Середня оцінка :

votes

8 коментарів :

написав :

Thank you for your post. I have read through several similar topics! However, your article gave me a very special impression, unlike other articles. I hope you continue to have valuable articles like this or more to share with everyone! nytimes crossword

star

написав :

I hope you can be seen and understood by more people. You are really outstanding, your writing is very good, which makes me feel honored. I also feel that there are many shortcomings that need to be improved, and you have done very well!토토사이트

star

написав :

Words can inspire and inspire people. Your words not only give me great strength, but also learn from your excellent ideas and writing style. With such a powerful literary talent, more people will feel that you will become better and better. Come on!토토사이트

star

написав :

Your blog makes people feel refreshed after reading it. I will be happy to see your words, and I hope more and more people will also feel this joy when they see it. Your writing is great, and I would like you.검증사이트

star

написав :

Thank you for helping people get the information they need. Great stuff as usual. Keep up the great work!!!

star

написав :

Thank you for helping people get the information they need. Great stuff as usual. Keep up the great work!!! Seo Service Cananda

star

написав :

https://www.citizendailypost.com/
https://www.metrodailyreporter.com/
https://www.localobserverdaily.com/
https://www.localobserverdaily.com/updates/ai/33
https://www.localobserverdaily.com/updates/stories/0
https://www.localobserverdaily.com/articles/blog/0
https://www.citizendailypost.com/
https://www.citizendailypost.com/c/world/1
https://www.citizendailypost.com/c/local/2
https://www.citizendailypost.com/c/business/3
https://www.citizendailypost.com/c/technology/4
https://www.citizendailypost.com/c/entertainment/5
https://www.citizendailypost.com/c/sports/6
https://www.citizendailypost.com/c/science/7
https://www.citizendailypost.com/c/health/8
https://www.citizendailypost.com/c/travel/9
https://www.citizendailypost.com/c/news/0/
https://www.citizendailypost.com/faqs.php
https://www.metrodailyreporter.com/
https://www.metrodailyreporter.com/c/world/1
https://www.metrodailyreporter.com/c/local/2
https://www.metrodailyreporter.com/c/business/3
https://www.metrodailyreporter.com/c/technology/4
https://www.metrodailyreporter.com/c/entertainment/5
https://www.metrodailyreporter.com/c/sports/6
https://www.metrodailyreporter.com/c/science/7
https://www.metrodailyreporter.com/c/health/8
https://www.metrodailyreporter.com/c/news/0/
https://www.localobserverdaily.com/alabama/1
https://www.localobserverdaily.com/alaska/2
https://www.localobserverdaily.com/arizona/3
https://www.localobserverdaily.com/arkansas/4
https://www.localobserverdaily.com/california/5
https://www.localobserverdaily.com/colorado/6
https://www.localobserverdaily.com/connecticut/7
https://www.localobserverdaily.com/delaware/8
https://www.localobserverdaily.com/florida/9
https://www.localobserverdaily.com/georgia/10
https://www.localobserverdaily.com/hawaii/11
https://www.localobserverdaily.com/idaho/12
https://www.localobserverdaily.com/illinois/13
https://www.localobserverdaily.com/indiana/14
https://www.localobserverdaily.com/iowa/15
https://www.localobserverdaily.com/kansas/16
https://www.localobserverdaily.com/kentucky/17
https://www.localobserverdaily.com/louisiana/18
https://www.localobserverdaily.com/maine/19
https://www.localobserverdaily.com/maryland/20
https://www.localobserverdaily.com/massachusetts/21
https://www.localobserverdaily.com/michigan/22
https://www.localobserverdaily.com/minnesota/23
https://www.localobserverdaily.com/mississippi/24
https://www.localobserverdaily.com/missouri/25
https://www.localobserverdaily.com/montana/26
https://www.localobserverdaily.com/nebraska/27
https://www.localobserverdaily.com/nevada/28
https://www.localobserverdaily.com/new-hampshire/29
https://www.localobserverdaily.com/new-jersey/30
https://www.localobserverdaily.com/new-mexico/31
https://www.localobserverdaily.com/new-york/32
https://www.localobserverdaily.com/north-carolina/33
https://www.localobserverdaily.com/north-dakota/34
https://www.localobserverdaily.com/ohio/35
https://www.localobserverdaily.com/oklahoma/36
https://www.localobserverdaily.com/oregon/37
https://www.localobserverdaily.com/pennsylvania/38
https://www.localobserverdaily.com/rhode-island/39
https://www.localobserverdaily.com/south-carolina/40
https://www.localobserverdaily.com/south-dakota/41
https://www.localobserverdaily.com/tennessee/42
https://www.localobserverdaily.com/texas/43
https://www.localobserverdaily.com/utah/44
https://www.localobserverdaily.com/vermont/45
https://www.localobserverdaily.com/virginia/46
https://www.localobserverdaily.com/washington/47
https://www.localobserverdaily.com/west-virginia/48
https://www.localobserverdaily.com/wisconsin/49
https://www.localobserverdaily.com/wyoming/50
https://www.localobserverdaily.com/articles/best-places/1
https://www.localobserverdaily.com/articles/worst-places/2
https://www.localobserverdaily.com/articles/dangerous-places/3
https://www.localobserverdaily.com/articles/cheapest-places/4
https://www.localobserverdaily.com/articles/safest-places/5
https://www.localobserverdaily.com/articles/richest-places/6
https://www.localobserverdaily.com/articles/fastest-growing-places/7
https://www.localobserverdaily.com/articles/best-places-for-singles/8
https://www.localobserverdaily.com/articles/expensive-places/9
https://www.localobserverdaily.com/articles/haunted-places/10
https://www.localobserverdaily.com/articles/pros-and-cons/11
https://www.localobserverdaily.com/articles/australia/14
https://www.localobserverdaily.com/articles/canada/15
https://www.localobserverdaily.com/articles/uk/16
https://www.localobserverdaily.com/articles/europe/17
https://www.localobserverdaily.com/articles/world/18
https://www.localobserverdaily.com/articles/gardening/13
https://www.localobserverdaily.com/articles/worst-places/21

star star star star star

написав :

https://citychronicledaily.blogspot.com/
https://metrogazette.blogspot.com/
https://urbanvistatimes.blogspot.com/
https://dailypulseherald.blogspot.com/
https://metroviewdaily.blogspot.com/
https://morningvistaherald.blogspot.com/
https://horizonharbornews.blogspot.com/
https://citypulsetribune.blogspot.com/
https://dailyspherechronicle.blogspot.com/
https://timesexpressdaily.blogspot.com/
https://metroscapetimes.blogspot.com/
https://civicvantageherald.blogspot.com/
https://sunriseechotribune.blogspot.com/
https://downtownharbornews.blogspot.com/
https://timesmomentumdaily.blogspot.com/
https://urbanchronicleherald.blogspot.com/
https://cityharborgazette.blogspot.com/
https://civicspheretimes.blogspot.com/
https://morningviewtribune.blogspot.com/
https://horizonglobeherald.blogspot.com/
https://beaconchronicledaily.blogspot.com/
https://metroupliftnews.blogspot.com/
https://dailyvistasentinel.blogspot.com/
https://cityechotimes.blogspot.com/
https://sunrisepulseherald.blogspot.com/
https://horizonmomentumtribune.blogspot.com/
https://civicsquarenews.blogspot.com/
https://beaconuplifttimes.blogspot.com/
https://morningglobeherald.blogspot.com/
https://urbansquaretribune.blogspot.com/
https://skylinevistachronicle.blogspot.com/
https://dailyhorizongazette.blogspot.com/
https://citypulsetimes.blogspot.com/
https://sunriseharborherald.blogspot.com/
https://beaconmomentumdaily.blogspot.com/
https://metrosquaretribune.blogspot.com/
https://civicvistaherald.blogspot.com/
https://timesscapenews.blogspot.com/
https://morningchronicletimes.blogspot.com/
https://horizonexpressherald.blogspot.com/
http://cityspheretribune.blogspot.com/
https://sunriseupliftdaily.blogspot.com/
https://downtownmomentumgazette.blogspot.com/
https://metrochronicletimes.blogspot.com/
https://beaconscapeherald.blogspot.com/
https://urbanharbortribune.blogspot.com/
https://civicpulsenews.blogspot.com/


star star star star star

Залишити коментар :

*

*

Ваш Веб-сайт

*

Голосувати


*

Найважливіше
з теорії детективу!

Знайомтеся з цікавими статтями і доповнюйте рубрику своїми теоріями та практичними історіями. Чекаємо на ваші листи за адресою: lit-jur-dnipro-zav.proza@kas-ua.com

Читати журнал "Дніпро" Статті

ОГОЛОШЕННЯ

До уваги передплатників!

Друкована та електронна версії журналу «Дніпро» виходять щомісячно!

Передплатити журнали можна:

на сайті:
www.dnipro-ukr.com.ua;

за телефоном:
(044) 454-12-80;

у відділеннях «Укрпошти».

ЦИТАТА ДНЯ

«Текст – це лише пікнік, на який автор приносить слова, а читачі – сенс»

(Цвєтан Тодоров)

УВАГА!!!

Пропонуємо всім охочим узяти участь у написанні літературно-критичних статей про нобелівських лауреатів.

Чекаємо на ваші роботи про Томаса Еліота до 31 липня 2016 року.

Найкращу статтю буде опубліковано на сторінках журналу.

Роботи надсилайте за адресою: lit-jur-dnipro-zav.proza@kas-ua.com (із позначкою "Нобелівка").